DV = CF + DPB + DS + LDA + MP + FS
Una de las tantas cosas que se vuelven inevitables conforme uno va creciendo y afrontando nuevas etapas en la vida, es la necesidad de tener un trabajo bien remunerado, porque a los mortales que no fuimos críados en una cuna de oro nos toca pagar cuentas y es el sudor de nuestras propias frentes el camino para logralo.
Afortunadamente, como consecuencia de todos los esfuerzos acumulados desde incluso antes de alcanzar la edad legal para trabajar, hoy en día hago algo que me gusta, que es bien remunerado y me deja algo de tiempo para mis hobbies y proyectos personales.
Y desde que puedo recordar, siempre fui de los pocos privilegiados que consiguió los trabajos que quiso (la radio, la docencia, la programación), y tengo la enorme satisfacción personal de haber disfrutado cada uno de esos empleos en los que me dieron la posibilidad de crecer y desafiarme profesionalmente.
Quizás haya sido ese el principal motivo por el cual nunca me molestó dar un 1% más de lo que se esperaba de mí.
Y tal vez por desempeñarme en trabajos que me hicieran feliz, siempre me ví motivado a -en tanto estuviese dentro de mis limitaciones- hacer todo lo posible para mejorar el producto final, sin importarme si eso demandaba más horas de laburo, desvelo o capacitaciones extra.
Pero de lo que no tengo ninguna duda, es que ningún trabajo es víable sin la combinación perfecta de colegas, compañeros y amigos, amalgamados en la sumatoria de horas destinadas al lugar en común.
Y hasta donde mi cerebro recuerda, SIEMPRE tuve la posibilidad de trabajar con personas increíbles (independientemente de las excepciones, que han sido minorías efímeras).
Aunque de las decenas de personas con las que pude compartir mi lugar de trabajo en los 41 años que llevo transitados, puedo decir que existe un grupo (y una formación en específica) a la que llegué a sentir como si fuesen mis hermanos.
Cristian F, Diego PB, Diego S, Lucas DA, Mario P, Francisco "Paquito" S: Son muchos -y a veces abrumadores hasta la nostalgia- los excelentes recuerdos que conservo de compartir el espacio de Servicio Técnico (departamento de IT me suena demasiado cheto, disculpen el nombre vintage) con ustedes (aunque si la memoria no me falla, Mario y Paco no llegaron a coexistir en la misma formación con Lucas).
De las principales motivaciones que tenía para ir a laburar cada día, un alto porcentaje se debía al hecho de saber que iba a pasar un rato con ustedes. Ya sea descifrando los requisitos de las cosas que teníamos que hacer o tomándonos un rato para los campeonatos de Worms (luego abandonado por el Counter).
Horas de cada día caracterizadas por nuestros chistes, almuerzos y meriendas -muchas veces zarpadas-, noches de póquer y fernet e incluso por la casta de personajes periféricos que desfilaron por la DV a lo largo de esos años.
Créanme si les digo que muchas son las veces que extraño laburar con ustedes.
Y lo mucho que lamento que la vida sea tan caprichosa de no darnos con más frecuencia esos momentos de complicidad.
Gracias por haberme aceptado, con mi música de mierda y mis constantes y desesperantes chistes Deadpooleanos.
En lo que aún me quede por recorrer de vida, mis queridos amigos, nunca duden que están en mi constante recuerdo desde donde los abrazo a la distancia.
Aunque corto (y concreto), sería injusto no destinar algunas palabras en este depósito de pensamientos de acceso público, a nuestros años de amistad.
Y a ver cuándo se ponen de acuerdo para una salida más.
No sea cosa que después nos lamentemos del nefasto "ya es demasiado tarde".
Las fotos son de otra década, para sentirnos siempre jóvenes e inmortales.
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