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Cuando la nota vale más que aprender

Cuando la nota vale más que aprender

¿Qué será lo que motiva a un alumno a hacer una carrera terciaria cuando en realidad no le importa aprender?
Esa duda rebota en mi cerebro semestre a semestre, cada vez que me toca toparme con los -cada vez más frecuentes- casos de quienes creen que el objetivo pasa por incrementar en uno el cuatrimestre de cursada y no en absorber al máximo los conceptos dictados por el plantel docente.

¿Cuál es el objetivo profesional o, peor aún, personal de esos entes?
¿Acaso alguien los obligó a hacer una carrera tecnológica en contra de sus propias voluntades?

Será que oficialmente me volví viejo, que soy un par de versiones anteriores cuando teníamos en nuestro Sistema Operativo base el servicio que nos obligaba a dar el 110% de nuestra capacidad en cada entrega o parcial.
O la responsabilidad no es del alumno, sino de los tiempos ultra virtualizados que nos tocan vivir donde ya está todo hecho, solo hay que hacer un click y copiar recursos de otros.

¿Es eso un justificativo para recibir una entrega descargada de internet con tan poco interés por parte del alumno que ni siquiera se vuelve un desafío encontrar el recurso original?
Recuerdo dos casos que explican claramente el punto.

Una vez un alumno que cursó introducción a la programación en Multimedia conmigo (llamada en aquel entonces "Metodología de resolución de problemas") se llevó a recuperatorio dos instancias de parcial.
Un poco dándole un voto de confianza y un poco sabiendo que no se iba a dedicar estrictamente a programar (en una carrera donde tenés como alternativa el diseño, 3d, sonido, video y demás) en esos examenes de Julio le regalé un 4 rasposo.
Solo un mes después, en la fecha de final de Agosto, me trajo un final espectacular... una sopa de letras donde las palabras aparecían horizontales, vertical, al derecho, al revés e incluso en diagonal (en un manejo de Arrays que a mi, particularmente, me llevaría más tiempo que un mes poder encarar).

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Mi rutina de corrección primero evalúa el funcionamiento, luego el código.
Cuando las sospechas ya se volvían un hecho (habida cuenta la innecesaria y exagerada complejidad de la entrega) veo en la decimosexta línea del código la URL de donde se bajó el programa.
O sea... a ver... chabón... solo 16 líneas del script principal...
No estamos hablando de la línea 2354 de un Include de un Include de una subrutina escondida.
Sin dudas desaprobó más por inútil que por el hecho en sí.

Y otra vez, en el primer TP de HTML (primer cuatrimestre de la carrera de Web), seis alumnos se copiaron el mismo TP.
Lo hizo uno y cinco lo clonaron. De una comisión de 36 alumnos, un sexto eran un puñal a la confianza docente-alumno.

Antes que alguno me tilde de enfermito: no es que yo sea un detective de la corrección (aunque no estoy tampoco muy lejos de serlo), sino que todos tenían el mismo error de tipeo.
Donde se les pedía poner sus propios datos, el original escribió "datos peronales".
Es tal la poca capacidad que tienen estos estereotipos (ya no de aprobar una entrega, sino de robarla) que TODOS dejaron el mismo error.

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No hay mucha más interpretación: O a todos se les rompió la letra "s" del teclado desarrollando el primer TP, o era la primera vez que me tocaba toda una unidad básica del Peronismo en el mismo aula.

Ahora, ésto que por semestre es anecdótico y roza la cuota de humor, en realidad se complementa con otra pregunta que viene de la mano de la anterior: presentar como conocimiento o producción propia algo de otra persona, tratando de obtener un beneficio que no te corresponde, ¿no es una especie de estafa?

No quiero meterme en la discusión de fondo del "por qué alguien gastaría un cuarto de su sueldo para bajarse cosas de Internet" (porque lo que cada uno haga con su plata a mi me importa tres huevos, si sos feliz pagando el ciber más caro del planeta... Go Tiger).
Solo quiero que, a menos de una semana del inicio de clases, los que son habitués de esta práctica, tomen noción del daño que se están haciendo a sí mismos.
Porque eso que te bajaste de internet, que presentaste como tuyo y que obtuvo un 10, no te va a dar trabajo.
Y si te lo da (esperemos que Cthulhu no lo quiera), no va a hacer que lo conserves por mucho tiempo (salvo que vivas afanando todo lo que te pidan tus clientes o jefes, cosa que parece un tanto utópica).

Hacé una autoevaluación sincera, sin engañarte a vos (total nadie te está viendo ni escuchando).
Si ahora te pido que hagas un micrositio de dos secciones, logo, botonera, dos columnas, galería de fotos (no slider, galería) y Google Map de la ubicación del cliente: ¿podés hacerlo?
Y si ya cursaste Javascript: ¿Podés hacer que las imágenes se agranden al hacerles click en una ventana modal y se cierren apretando la tecla escape?
Y si ya cursaste PHP y MySQL, ¿Podés hacer que esas imágenes vengan de una base de datos y se puedan rankear o comentar?
No, sin frameworks y con la menor cantidad de búsquedas en Google.
Si no podes, quizás tendrías que replantearte qué hiciste con todo el conocimiento que trataron de transmitirte tus docentes.

No, no quiero que abandones la carrera. Quiero que aprendas a aprovecharla.
Hay mucho que podrías lograr si te tomaras este consejo en serio.

Este texto tiene 1337 lecturas desde el 10-03-2016

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