Stickers que dicen todo
Desde que Line llegó al mercado como la alternativa a WhatsApp con su 'hablá solo con stickers', que nos fuimos acostumbrando a soltar los emojis (a.k.a emoticones) para usar imágenes más elaboradas y de un tamaño mayor para complementar las charlas vía chat.
Y todos coincidimos que algunos packs de stickers del chat de facebook son la cosa más monona que existe, rozando en muchos casos un extremo de cursilería que mi escepticismo me lleva a creer que en realidad pocas parejas formales tienen.
Pero, ¿qué pasa si en realidad lo que algunos ven con ojos tan cándidos en realidad encierra otros metamensajes?
Sin ir más lejos, los dos packs de Sugar Cubs, esos tiernos ositos Rosa y Beige que se la pasan mimándose, son de una ternura empalagosa y quizás serían la mejor opción en el juego de la conquista.
Todo, hasta que le hacés un zoom mental e interpretas los gestos de cada situación.
Este inocente abrazo, por ejemplo... enfóquense en la cara de ella.
Tiene un gesto con los ojos entrecerrados, está sufriendo algún tipo de contacto físico no consentido? La expresión en el rostro de él, como disfrutando el daño que le está produciendo, tampoco ayuda.
Esta otra imagen, también dista mucho de ser un inocente abrazo.
Solo miren la altura de las patitas de ella... y ambos brazos de él.
La está sosteniendo y levantando por la cola, con las patas arriba de sus hombros y la boca entreabierta (dudando de hecho si esa no es su lengua) aproximadamente al centro de los brazos de la osita (o quizás terminó de hacer otro tipo de trabajo más al sur, sabrán ellos y su versión ATP del Kama Sutra).
Otros que también habría que tener presentes son Piske & Usagi, un conejo rosa y un pajarito mórbidamente obeso.
Estos si que no se andan con eufemismos.
Ya de movida ese coqueteo compartiendo una copa, encierra una intención llena de perversiones que harían sonrojar al mismísimo Christian Grey.
O esas puertas cerrándose, en las penumbras de una habitación testigo de prácticas que solo fueran mencionadas en el pasado por el Marqués de Sade.
Claro, es factible que creas que es solo una exageración del momento, pero ¿alguien se concentró en esas miradas turbias del conejo que hablan por sí mismas? El plano corto deja poco a la imaginación y mucho (MUCHO) a la libre interpretación del receptor.
Tal vez este es el momento de aceptar la comunicación por medio de stickers de manera más adulta, dejando en claro que, cuando alguien te manda un honguito -con todo lo que su forma corpórea ya sugiere- agarrando por la espalda a una honguita con cara de dolor y lágrimas en los ojitos, en realidad te está proponiendo experimentar esa noche vías alternativas a las exploradas hasta ahora.
De esa forma, nos evitaríamos los malos entendidos de decir 'awwww, que tierno' cuando el mensaje está pasando por otro canal.
Ah, y antes de que alguno lo sugiera, no... no dije todo tan en serio como suena ni tengo tantos problemitas mentales como habrán llegado a considerar.
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